Este fin de semana nos vamos a Santander, hace años que no vamos toda la familia junta, esos veranos de todos juntos era lo mas emocionante de mi infancia, ibamos, mi madre, sus tres hermanas mas mi tio Alex que era el periquin, los periquines son los hermanos varones que están en medio, bueno pues todos iban con sus maridos/ mujeres y cargados de niños en aquellos coches donde no había que llevar cinturón de seguridad ni sillas especiales y los viajes duraban siete horas y se hacían interminables, yo no se como cabía todo, normalmente se llevaba media casa y como todos los hermanos eramos bastante seguidos no estaban nuestros padres exentos de peleas atrás, empezaban los juegos de sumar matriculas, cantar en el coche, dormirse, parar a hacer pis, el famoso " cuando llegamos" pero no teníamos ni tele, ni consolas, ni pelis ni nada, nosotros hacíamos los viajes " a pelo", el verano era largo y lleno de niños, todos los primos juntos, con excursiones, con el " yo voy en el coche de la tía mamen con la prima María" como si separarnos fuera a ser el término de aquella excursión tan maravillosa, los días de playa donde se ponían las toallas juntas y cada una de mis tías y mi madre abrían unas cestas cuadradas preciosas y sacaban la comida, anda que no he comido yo lentejas y carne guisada en la playa calentitas, todo muy ordenadito y el gran momento era el momento " Kas" si estabas comiendo bien, uno de los mayores iba a " la Caracola" que era donde se guardaban las sillas, y se duchaban solo los caballeros y compraba Kas de naranja fresquito, ese momento era de aplauso cuando veías venir a algún tío tuyo con todos los kas para los niños, todos debajo de los toldos como si Santander fuera Málaga vamos, ¡eramos inmensamente felices!, por la tarde nos bañaban, nos ponían de punta en blanco y hala, de excursión con los tíos, todos los coches en fila por esas montañas y a tomar chocolate con Churros a Lierganes, o a visitar la Bien Aparecida, a tomar morcilla a Puente Arce, y como en todos sitios había unos prados inmensos corríamos y jugábamos hasta quedar extasiados, nunca nos parecía suficiente, a ver el hombre pez que tanto nos impresionaba su leyenda, en fin unos veranos muy importantes porque el tener primos hace que sean tus primeros mejores amigos, la familia es muy muy importante, a la hora de volver, que la mayoría andábamos medio fritos en los coches, sonaba Serrat, o Zarzuela, nosotros sabíamos cantar todas aquellas canciones, pero al llegar a casa de pronto revivíamos y aparecía el drama de querer dormir en casa de los primos, los mayores decían constantemente, pero si os vais a ver mañana, que no que no, que yo me quiero ir con la prima, déjame anda!!, esos veranos de olor a nenuco, a cepillos estirando el pelo y coletas repeinadas, vestiditos de nido de abeja y todos llenos de verdín fueron los mas felices de mi vida.
Mañana volvemos todos a Santander, esta vez para cumplir un deseo, cumplir los deseos de alguien a veces es sacrificado y duele, pero si es el deseo de alguien eso hay que hacerlo con mucho amor, mucha ternura y con una sonrisa aunque sea doliente, mañana, después de un mes, todos acompañamos a mi tío Alex, para que desde la bahía de Santander, una de las mas bonitas del mundo se vaya a viajar por todos los mares, ese era su deseo y nosotros, le dejaremos zarpar desde allí, el Domingo nos volveremos a Madrid, , y el cantábrico cambiara, para mejor, mucho mejor.